Ciudad de México.- Hoy se cumplen 19 años del trágico fallecimiento de Valentín Elizalde Valencia, el icónico cantante de regional mexicano conocido cariñosamente como “El Gallo de Oro”.
La madrugada del 25 de noviembre de 2006, la música de banda se vistió de luto cuando el artista fue emboscado tras una presentación en Reynosa, Tamaulipas.
Aunque su vida fue cortada prematuramente a los 27 años, su voz, su carisma y su legado musical se han vuelto inmortales y trascendentes.https://d-422204670847415195.ampproject.net/2510081644000/frame.html
Después de la tragedia: Un fenómeno póstumo
La noticia de su repentina muerte desató una ola de conmoción nacional que, paradójicamente, catapultó su música a niveles masivos nunca antes vistos.
Las ventas de sus discos se dispararon en las semanas posteriores, y sus canciones, que ya eran populares, se convirtieron en himnos permanentes para una nueva generación de seguidores que no lo conoció en vida.
El público, sumido en la nostalgia y el respeto, redescubrió temas que se volvieron clásicos obligados en cualquier reunión y estación de radio. Su estilo único, que mezclaba la picardía de los corridos con la dulzura de las baladas románticas, resonó con fuerza en todo el continente.
Un aspecto crucial fue la controversia de “A Mis Enemigos”: el último corrido que interpretó en vida tomó una dimensión profética y se convirtió en uno de los más controversiales, solicitados y escuchados tras su partida, asegurando su lugar en la historia de la música.https://d-422204670847415195.ampproject.net/2510081644000/frame.html
El legado musical inmortal
Valentín Elizalde dejó una huella imborrable en el regional mexicano. Su discografía, aunque breve, está repleta de éxitos que definieron una época y que siguen siendo pilares del género.
Logró balancear a la perfección los corridos más fuertes con letras profundamente sensibles. Temas como “Vete Ya”, “Lobo Domesticado”, “La Más Buscada”, “Te Quiero Así” y “Cómo Me Duele” son considerados clásicos atemporales que superaron la prueba del tiempo.
Su estilo desenfadado, su característico baile en el escenario y su innegable habilidad para conectar tanto con el fan de banda tradicional como con el público juvenil han servido de inspiración y referencia para muchos de los artistas de la nueva ola de exponentes del regional mexicano.
Tras su fallecimiento, su herencia musical y mediática ha sido custodiada por su familia. Sus hermanos, especialmente Francisco “El Gallo” Elizalde, han continuado sus carreras musicales rindiendo constantemente homenaje a Valentín e interpretando sus mayores éxitos, asegurando que su voz y su nombre sigan sonando con respeto en los escenarios.

