Monterrey.- Hoy, 9 de diciembre, se cumplen trece años desde el trágico accidente que le arrebató la vida a Jenni Rivera, la inigualable «Diva de la Banda».
Este día nos invita a recordar el impacto profundo de una mujer que se convirtió en un símbolo de fortaleza, resiliencia y empoderamiento para millones de personas.
Fue precisamente en la Arena Monterrey donde Jenni ofreció la que sería su última presentación ante un público devoto y entregado.https://d-280640644710459733.ampproject.net/2510081644000/frame.html
El concierto, celebrado el 9 de diciembre de 2012, fue un derroche de talento y pasión. Al finalizar, la cantante tomó un vuelo privado con destino a Toluca.
Lamentablemente, la aeronave se estrellaría minutos después, cerca de Iturbide, Nuevo León, dejando al mundo en un estado de shock e incredulidad.
La repentina pérdida no solo dejó un vacío irremplazable en la música regional mexicana, sino que también inició una nueva etapa de desafíos y unidad para su familia, quienes se han encargado de mantener viva su memoria.
Es notable cómo la nueva generación ha tomado la batuta, especialmente su hija mayor, Chiquis Rivera.https://d-280640644710459733.ampproject.net/2510081644000/frame.html
Ella no solo ha abrazado la responsabilidad de preservar el legado empresarial de su madre, sino que también ha continuado activamente su trayectoria musical como cantante en el mismo género.
Chiquis ha lanzado exitosos álbumes y sencillos, demostrando que el talento y la conexión con el público son una herencia viva que perdura.
La Diva de la Banda no solo fue una artista; fue una madre, una empresaria y una mujer que cantó las verdades crudas de la vida, conectando íntimamente con su audiencia.
A lo largo de estos años, su música ha adquirido un nuevo significado, sirviendo como testimonio eterno de una mujer que se atrevió a soñar en grande y a romper barreras en un género dominado por hombres.

